miércoles, 11 de agosto de 2004

Sin insulto

Quisiera por un momento que la palabra macho no causara conmocion, sin embargo no es posible asi que solo sigo adelante, cada cambio, cada inflexion de voz, yo no hablo contra nadie, solo levanto la voz para defender lo que soy, aunque parezca indefendible y si lo es pues con mas razon.

El camino ya es dificil como para meternos el pie, no hay rasgos de intolerancia en estos apuntes, solo busqueda de identidad, como tolero quiero que me toleren.

Alguien me dijo que abusaba de este espacio para estas reflexiones, y no se si sea verdad solo se que me gusta compartir con nadie y con alguien que este alla afuera y que piense un poco parecido

martes, 10 de agosto de 2004

Empiezo a recordar

¿y ahora? ¡que tonto!, no importa, empiezo a entender el significado del combate...
Esto puede tornarse muy impersonal, sin embargo creo que para empezar habra que aclarar eso de la verguenza de ser hombre...
Las cosas son asi, esto es solo una voz o un grito de angustia ante el libertinaje de la tolerancia, si hay tolerancia para todos ¿por que no para mi? digo asi como los homosexuales que salen del closet y se sienten liberados, yo quiero proclamar publicamente que soy un macho, si, asi es, y una macho que se siente reprimido por una sociedad orientada a la tolerancia... en fin que despues de este evento ya tendre ocasion de entrar en detalles


El hijo de Peleo, no amainando en su ira, denostó nuevamente al Atrida con injuriosas voces:
— ¡Borracho, que tienes cara de perro y corazón de ciervo! Jamás te atreviste a tomar las armas con la gente del pueblo para combatir, ni a ponerte en emboscada con los más valientes aqueos; ambas cosas te parecen la muerte. Es, sin duda, mucho mejor arrebatar los dones, en el vasto campamento de los aqueos, a quien te contradiga. Rey devorador de tu pueblo, porque mandas a hombres abyectos...; en otro caso, Atrida, éste fuera tu último ultraje. Otra cosa voy a decirte y sobre ella prestaré un gran juramento: Sí, por este cetro, que ya no producirá hojas ni ramos, pues dejó el tronco en la montaña; ni reverdecerá, porque el bronce lo despojó de las hojas y de la corteza, y ahora lo empuñan los aqueos que administran justicia y guardan las leyes de Zeus (grande será para ti este juramento). Algún día los aquivos todos echarán de menos a Aquileo, y tú, aunque te aflijas, no podrás socorrerles cuando sucumban y perezcan a manos de Héctor, matador de hombres. Entonces desgarrarás tu corazón, pesaroso por no haber honrado al mejor de los aqueos.


lunes, 9 de agosto de 2004

¿y ahora?

Desde que perdido por la red vi estos apuntes me volvi un asiduo de todos las notas que escriben aqui, este foro representa una fuente vital en un medio donde solo las trivialidades cobran fortuna y los deseos gobiernan nuestro destino.

Solo pienso, bueno ya me atrevi, aqui estoy, ¿y ahora?

El año de Hidalgo 2018

“Este es el año de Hidalgo, chingue a su madre el que deje algo” Hace años con alegre enjundia era la frase mas pronunc...