viernes, 2 de febrero de 2018

Las necesidades intrínsecas del ser humano o “ni tus abuelitos”


Cuando yo era un niño mi abuelo Florencio Del Rio, solía soltarme esta frase a la menor provocación, “ni tus abuelitos” escuchaba yo y no entendía de que hablaba, con esa facilidad que tiene una generación completa de presumir que no entiende a la anterior, y ante mi cara de extravió, mi abuelo continuaba con una anécdota de su infancia… Ahora bien usted amable internauta lector se preguntara, que significa una frase tan sencilla como “ni tus abuelitos” habría que mencionar que este el mas humilde de sus servidores vive y vivió su infancia en el país conocido como México, y vale la pena mencionar que ademas esta infancia la viví en provincia, en el estado de Veracruz para mas detalles, donde si bien las comodidades de la vida moderna ya existían no estaban al alcance de toda la población, “ni tus abuelitos” era la frase que escuchaba cuando me bañaba con agua corriente, es decir bajo una regadera, es mas en un baño interior, ni tus abuelitos calentaban el agua para bañarse, ni tus abuelitos comían 3 veces al día, ni tus abuelitos veian la televisión como tu lo haces, ni tus abuelitos iban a la escuela, ni tus abuelitos recibían regalos de día de reyes, ni tus abuelitos se despertaban tan tarde.

Uno pensaría por como se narra que esta situación era cotidiana, en realidad no era así, esa frase mi abuelo la reservaba solo para cuando le parecía que uno se estaba acostumbrando “demasiado” a una comodidad que el mismo proporcionaba, en efecto en la casa donde me crie era la casa de mi abuelo, el construyo ese baño, el y yo instalamos la tubería de agua corriente, el mismo cuando yo era un niño y aun no teníamos calentador (boiler) era el que calentaba el agua en la estufa y me la llevaba al baño, era mi abuelo el primero que compro un televisor a color en la calle donde vivíamos para que sus hijas (mis tías y mi madre) pudieran disfrutar la mas reciente tecnología, era el mismo transfigurado en rey mago el que colocaba los regalos en el árbol de navidad, era el mismo el mejor guardián del sueño de cualquiera que llevara su sangre, en fin que era mi abuelo el que facilitaba la vida de todos y cada uno de nosotros en esa casa, sin embargo se reservaba un pedacito, un rescate, un resquicio de dignidad para la infancia que el tuvo y para sus mayores con aquel socarrón pero sentencioso “ni tus abuelitos”

Es un hecho que hace 25 años la población mundial no tenia ni asomo de idea lo que es ahora la internet, es verdad que hace 50 años las mujeres que trabajaban eran mal vistas y criticadas duramente, es real que hace 100 años en nuestro querido México el trabajo se manejaba en condiciones casi de esclavitud, en estos días el acceso a Internet la ONU lo declaro un derecho humano, con mucho esfuerzo y no poco retroceso hoy se reconoce a las mujeres en los trabajos por su desempeño, la segunda figura legal en nuestro país es el trabajador, muchas cosas han cambiado, lo que antes era un lujo ahora es una necesidad intrínseca, nuestras necesidades son diferentes de generación en generación, para entender a la generación actual y para que nos entienda basta con que la electricidad falle, somos la herencia de anhelos hechos realidad de la generación anterior, lo que no cambia es la relación que tenemos con nuestra familia y nuestros ancestros, cabe siempre recordar que gracias a nuestros mayores hoy tenemos muchas comodidades sin las cuales pensamos no podríamos vivir, gracias a mi abuelo mi hija puede ver videos en su tableta, gracias a mi abuelo mi hijo el día de hoy puede jugar video-juegos hasta que le salgan ampollas en los dedos, apenas puedo esperar a que me entiendan para poder espetarles: “ni tus abuelitos”

Gracias abuelo, gracias a ti que hoy me encuentro escribiendo esto y casi puedo volver a escuchar en tu voz:  

“ni tus abuelitos”

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