Cuando
yo era un niño mi abuelo Florencio Del Rio, solía soltarme esta
frase a la menor provocación, “ni tus abuelitos” escuchaba yo y
no entendía de que hablaba, con esa facilidad que tiene una
generación completa de presumir que no entiende a la anterior, y
ante mi cara de extravió, mi abuelo continuaba con una anécdota de
su infancia… Ahora bien usted amable internauta lector se
preguntara, que significa una frase tan sencilla como “ni tus
abuelitos” habría que mencionar que este el mas humilde de sus
servidores vive y vivió su infancia en el país conocido como
México, y vale la pena mencionar que ademas esta infancia la viví
en provincia, en el estado de Veracruz para mas detalles, donde si
bien las comodidades de la vida moderna ya existían no estaban al
alcance de toda la población, “ni tus abuelitos” era la frase
que escuchaba cuando me bañaba con agua corriente, es decir bajo una
regadera, es mas en un baño interior, ni tus abuelitos calentaban el
agua para bañarse, ni tus abuelitos comían 3 veces al día, ni tus
abuelitos veian la televisión como tu lo haces, ni tus abuelitos iban
a la escuela, ni tus abuelitos recibían regalos de día de reyes, ni
tus abuelitos se despertaban tan tarde.
Uno
pensaría por como se narra que esta situación era cotidiana, en
realidad no era así, esa frase mi abuelo la reservaba solo para
cuando le parecía que uno se estaba acostumbrando “demasiado” a
una comodidad que el mismo proporcionaba, en efecto en la casa donde
me crie era la casa de mi abuelo, el construyo ese baño, el y yo
instalamos la tubería de agua corriente, el mismo cuando yo era un
niño y aun no teníamos calentador (boiler) era el que calentaba el
agua en la estufa y me la llevaba al baño, era mi abuelo el primero
que compro un televisor a color en la calle donde vivíamos para que
sus hijas (mis tías y mi madre) pudieran disfrutar la mas reciente
tecnología, era el mismo transfigurado en rey mago el que colocaba
los regalos en el árbol de navidad, era el mismo el mejor guardián
del sueño de cualquiera que llevara su sangre, en fin que era mi
abuelo el que facilitaba la vida de todos y cada uno de nosotros en
esa casa, sin embargo se reservaba un pedacito, un rescate, un
resquicio de dignidad para la infancia que el tuvo y para sus mayores
con aquel socarrón pero sentencioso “ni tus abuelitos”
Es
un hecho que hace 25 años la población mundial no tenia ni asomo de
idea lo que es ahora la internet, es verdad que hace 50 años las
mujeres que trabajaban eran mal vistas y criticadas duramente, es
real que hace 100 años en nuestro querido México el trabajo se
manejaba en condiciones casi de esclavitud, en estos días el acceso
a Internet la ONU lo declaro un derecho humano, con mucho esfuerzo y
no poco retroceso hoy se reconoce a las mujeres en los trabajos por
su desempeño, la segunda figura legal en nuestro país es el
trabajador, muchas cosas han cambiado, lo que antes era un lujo ahora
es una necesidad intrínseca, nuestras necesidades son diferentes de
generación en generación, para entender a la generación actual y
para que nos entienda basta con que la electricidad falle, somos la
herencia de anhelos hechos realidad de la generación anterior, lo
que no cambia es la relación que tenemos con nuestra familia y
nuestros ancestros, cabe siempre recordar que gracias a nuestros
mayores hoy tenemos muchas comodidades sin las cuales pensamos no
podríamos vivir, gracias a mi abuelo mi hija puede ver videos en su
tableta, gracias a mi abuelo mi hijo el día de hoy puede jugar
video-juegos hasta que le salgan ampollas en los dedos, apenas puedo
esperar a que me entiendan para poder espetarles: “ni tus
abuelitos”
Gracias
abuelo, gracias a ti que hoy me encuentro escribiendo esto y casi
puedo volver a escuchar en tu voz:
“ni tus abuelitos”
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