El retiro de los judíos no solo llego fuera de la frontera libanesa, el retiro ha llegado hasta la banca en Nueva York, aunque no deben estar preocupados por que dependiendo del plazo del rendimiento de capital, tendremos guerra en 28, 90 o 180 días.
A veces la lógica monetaria todavía puede perder algunas partidas, el poderoso ejercito judío apoyado por la maquinaria de Estados Unidos no pudo en un mes de intensos y costosos ataques eliminar una pobre guerrilla sostenida solamente por el orgullo de ver su tierra hollada por el invasor extranjero, Israel mato cientos de civiles desarmados, y estos respondieron de la manera que podían, apoyando a la guerrilla que era la única que los defendía, no hay sorpresa en esta situación, “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”
ROBERT FISK THE INDEPENDENT
Srifa, Sur de Libano, 14 de agosto. Hicieron un desierto y lo llamaron paz. Sfria -o lo que alguna vez fue el poblado de ese nombre- es un lugar de casas aplastadas, muros derruidos, escombros, gatos hambrientos y cadáveres atrapados. Pero es también un lugar de victoria para Hezbollah, cuyos combatientes caminaron este lunes entre la destrucción con aire de héroes conquistadores.
Para el mukhtar -alcalde- de la ciudad no hay duda alguna. Cuando tres hombres de Hezbollah -uno herido en un brazo, el otro llevando dos magazines de municiones y un radiocomunicador- pasaron junto a nosotros entre los montones de fragmentos de concreto, Hussei Kamelel-Din les gritó: "¡Adiós,héroes!" y se volvió hacia mí. "¿Sabe por qué están furiosos? Porque Dios no les dio la oportunidad de morir."
"Mis dos hijos y yo vamos a reconstruir la casa", comentó. "Israel puede volver dentro de 10 años y destruirla de nuevo, y entonces tendré que reconstruirla otra vez. La victoria fue de Hezbollah. Los israelíes pudieron vencer a todos los países árabes en seis días en 1967, pero aquí no pudieron vencer a la resistencia en un mes. Los hombres de la resistencia salieron de la tierra para devolver los disparos. Y aquí están todavía."
Lejos de empujar a Hezbollah al norte, más allá del río Litani, Israel lo ha arraigado en sus poblados como jamás lo había estado.
© The Independent
Srifa, Sur de Libano, 14 de agosto. Hicieron un desierto y lo llamaron paz. Sfria -o lo que alguna vez fue el poblado de ese nombre- es un lugar de casas aplastadas, muros derruidos, escombros, gatos hambrientos y cadáveres atrapados. Pero es también un lugar de victoria para Hezbollah, cuyos combatientes caminaron este lunes entre la destrucción con aire de héroes conquistadores.
Para el mukhtar -alcalde- de la ciudad no hay duda alguna. Cuando tres hombres de Hezbollah -uno herido en un brazo, el otro llevando dos magazines de municiones y un radiocomunicador- pasaron junto a nosotros entre los montones de fragmentos de concreto, Hussei Kamelel-Din les gritó: "¡Adiós,héroes!" y se volvió hacia mí. "¿Sabe por qué están furiosos? Porque Dios no les dio la oportunidad de morir."
"Mis dos hijos y yo vamos a reconstruir la casa", comentó. "Israel puede volver dentro de 10 años y destruirla de nuevo, y entonces tendré que reconstruirla otra vez. La victoria fue de Hezbollah. Los israelíes pudieron vencer a todos los países árabes en seis días en 1967, pero aquí no pudieron vencer a la resistencia en un mes. Los hombres de la resistencia salieron de la tierra para devolver los disparos. Y aquí están todavía."
Lejos de empujar a Hezbollah al norte, más allá del río Litani, Israel lo ha arraigado en sus poblados como jamás lo había estado.
© The Independent
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